La nueva Plaza de La Administración nace en el proceso de recuperar una vía vehicular como una plaza, en cuyo envolvente se encuentran varios edificios patrimoniales, siendo dos de ellos los edificios de gobierno más importantes de la ciudad, es así que la concepción positivista del espacio como vacío, se ve sustituida por la voluntad de realizar un espacio con contenidos.
Teniendo los ingredientes de una plaza histórica (monumento, edificios patrimoniales, mobiliario urbano), se proyectó la expansión de la antigua Plaza Sucre, modificando el referente histórico al trasladar el monumento en la intersección de los dos ejes espaciales que forman las cuatro manzanas.
En este caso el proyecto afecta a la envolvente, trabajando sobre el espacio contenido con los elementos preexistentes y con el pavimento que enlaza las referencias, cuyo acrecentado protagonismo es retomado por el monumento.
La plaza de la Administración, a diferencia de las nuevas plazas contemporáneas, se alimenta de la que la precedía de una acumulación de significados, y la clasificación de las funciones, siendo así una "nueva plaza histórica".
En la búsqueda de una estratificación histórica, la referencia al trazado original de la antigua plaza Sucre, cuyas huellas fueron borradas en entre los años 30 y 40 del siglo pasado, se consideró tan importante dentro del guión como lo es el monumento.
Para rescatar la elipse del perímetro original de la plaza, se recurrió una vez mas al pavimento; una franja de mármol rojo dibuja la figura geométrica que contiene en su interior un pórfido rústico de connotaciones mas bien históricas, que contrasta notablemente con el resto de pisos.
Este perímetro está reforzado en tres dimensiones con la presencia de pedestales y jarrones, referencias también del original.
En el centro de la elipse se encuentra la huella de la base anterior del monumento, la cual esta partida en cuatro partes por dos franja de mármol; una en eje longitudinal de la elipse y otra en su eje transversal.
Ab. Jaime Nebot, Alcalde de la ciudad de Guayaquil
Arq. Luis Pérez Merino, Director de Urbanismo M.I. Municipio de Guayaquil
Dr. Pedro Gómez-Centurión, Gerente General Fundación Malecón 2000
Sr. Guillermo Suaya, Director de Proyectos Fundación Malecón 2000
Ing. Gustavo Jacobs, Gerente de Proyecto Regeneración Urbana Fundación Malecón 2000
Diseño: Arq. Douglas Dreher A.
Desarrollo del diseño: Arq. Ángela Saa
Gerente de Proyecto Regeneración Urbana: Ing. Gustavo Jacobs
Diseño Paisajista: Paisajista Cecilia Von Buchwald
Diseño Sanitario: Ing. Feliciano Gonzáles
Diseño Eléctrico: Ing. José Collado
Diseño hidráulico de piletas: Ing. Pablo Donoso
Asesor Metalmecánico: Ing. Carlos Ordóñez
Jefe Técnico Regeneración Urbana: Ing. Fernando Dueñas
Coordinador de Obra Regeneración Urbana: Arq. Antenor Iturralde
7.500 m2
2002
Diciembre del 2002
USD$ 1'500.000,00
Textos Reseña Histórica: Historiador Ángel Emilio Hidalgo
Fotografías: Fot. Carlos Rodríguez S.
La plazoleta de la Merced nace con la iglesia, que hacia 1850 se empieza a construir. En el plano de Villavicencio de 1858, puede observarse un terreno vacío frente a la iglesia, que ocupa la cuarta parte de la manzana ubicada entre las calles Nueva, la Gallera, Olmedo y la calle de La Merced, posteriormente calle de Bolívar o del Bajo.
En 1867, el viajero francés De Gabriac relata el ambiente de una fiesta religiosa en La Merced: "En la mañana hubo una gran misa, donde las damas asistieron en vestidos negros y cubiertas de sus mantos como de costumbre; pero fue en la noche que tuvo lugar la ceremonia principal. La plaza vecina había sido engalanada con estandartes y colgaduras. Habían guirnaldas, farolillos, linternas chinas exuberantes, en fin, una iluminación completa, sin olvidar desde luego, los juegos de artificio, candelas romanas y sobre todo los petardos Mientras estas detonaciones se hacían escuchar fuera, interiormente se celebraba la salvación, sin reverencia o no, por lo menos muy alegremente".
El barrio de la Merced siempre fue considerado "aristocrático", pero dejó de ser residencial a medida que la modernidad avanzaba. En 1895, la Plaza de la Merced empezó a llamarse Plaza de Pedro Carbo, porque ya se preveía levantar una estatua en homenaje al tribuno.
El 10 de agosto de 1907, se inauguró el parque Pedro Carbo, con un diseño elegante de rejas bajas y pequeños jardines, en torno a un farol levantado justo en el sitio elegido para el monumento.
Por fin, el 8 de diciembre de 1909, los guayaquileños pudieron apreciar esta obra del italiano Augusto Faggioni en todo su esplendor, cuya plaza en la actualidad se encuentra remozada, bajo parámetros del uso del espacio que resguardan la permanencia de estos emplazamientos simbólicos, donde se combinan memoria y quehaceres cotidianos.
por: Historiador Ángel Emilio Hidalgo.