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Memoria Arquitectónica de vivienda con filosofía Zen

Ver el proyecto Puente Peatonal en el Estero Salado

El desafío inicial para el diseño de esta vivienda consistía en lograr una propuesta que rompa con el esquema de la rigidez ortogonal tradicional de disposición de los espacios para este tipo de viviendas en terrenos de limitado tamaño sin perturbar el concepto funcional de estos.

El principal objetivo fue entonces el de desvirtuar completamente las limitantes espaciales hasta el punto de convertirlas en una oportunidad para el diseño, y partir de éste lograr mediante artificios atenuar los límites externos, creando sensaciones de espacios más amplios acompañados de visuales excepcionales de los jardines, los cuales se unen con el interior en una relación armónica y estimulante.

El proyecto toma de la filosofía Zen los elementos necesarios para fundamentar su función y uso racional del espacio con una propuesta de modernidad pluralista, así conceptos tales como pureza y simplicidad, luz, fusión este-oeste, asimetría, ángulos y abstracciones, pantallas, mirando a todos los caminos, comunión entre lo exterior e interior, estanques y rocas, van tomando significado propio en la medida que van recreando el guión que da vida a una sucesión de espacios minimalistas cuya forma y función mantienen su identidad propia, despojados del ornamento banal, para dar paso a la pureza formal del volumen y su relación con la luz.

El diseño plantea una composición de 5 volúmenes, el mayor de estos por su longitud da cabida a las áreas de servicio e intima en una superficie de forma rectangular con una orientación sureste - noroeste en su sentido longitudinal, paralela a la del terreno. A este volumen se intercepta otro en forma de triangulo escaleno cuyo eje (correspondiente a su bisectriz) forma un ángulo de 144º con respecto al primer volumen, teniendo una orientación en sentido norte – sur. Esta crujía está definida por dos muros trapezoidales revestidos de piedra natural, los que por su considerable escala forman parte de la composición volumétrica del diseño. La superficie del piso consiste en un entablado de madera, el cual ingresa por el norte (ingreso principal) prolongándose hacia el sur hasta perforar literalmente la casa quedando la punta de su ángulo mas agudo expuesta al exterior y rematando en un pequeño jardín Zen. Esta punta es donde se concentra la mayor tensión del juego volumétrico, además de ser el punto de fuga de ambos muros, lo que a su vez crea la ilusión de una perspectiva que se va cerrando en el horizonte que metafóricamente esta representado por una mampara de cristal que permite apreciar el jardín Zen, de ese modo se enlazan las visuales norte – sur a través de los vanos existentes, logrando así percibir el espacio con un efecto liberador de profundidad y amplitud, artificio que se ve reforzado por la cubierta de policarbonato translucido que cubre todo el recorrido.

El jardín Zen tiene el protagonismo en el estanque, el cual produce una soberbia aportación de sensaciones al proyectar y observador las imágenes reflejadas del cielo, acompañadas por el sonido y movimiento que produce la pequeña cascada proveniente del muro de piedra, como si estuviese alimentado por un eterno manantial. Los caminos serpenteantes de piedra, la vegetación baja, y los bambúes junto al estanque y camuflando la pared de cerramiento con el fin de crear la apariencia de un horizonte infinito, están dispuestos estratégicamente para ser el telón de fondo de uno de los focos visuales más importantes y estimulantes de este ambiente.

A cada lado del vestíbulo y sin enfrentarse se encuentran la sala y comedor, los cuales mantienen una individualidad volumétrica formal.

El volumen de la sala se constituye en una “caja de cristal” donde las fachadas de vidrio enmarcan una escena interior que se fusiona con el exterior, la resolución simple y depurada de las mamparas de aluminio y vidrio y los pilares de acero desprendidos de las aristas logran transmitir una impresión de extraordinaria ligereza. Su orientación permite mantener las visuales hacia el sureste (patio trasero) y el noroeste (patio de fachada principal y calle) de esta manera se consigue una visión mucho más amplia del espacio externo enmarcado por los reducidos límites del terreno. Las paredes de cristal mantienen un diálogo continuo y armónico entre los jardines cuya importancia es mayor aun que cualquier recurso de ornamentación existente dentro de este espacio, donde la pureza de las formas capturarán no solo las imágenes y colores del jardín sino también cambios de luz y sombras que se producirán durante el día.

Un fila de árboles ubicados a lo largo del límite noreste del terreno protegerán de la incidencia del sol de la mañana sobre la fachada, y a su vez cerrarán el registro de visuales provenientes de la vecindad adyacente.

El área del comedor se expone hacia la fachada principal como una de las partes más importantes de la composición volumétrica, la imponente fachada de cristal que da hacia la calle está contenida por dos muros; el muro de piedra del vestíbulo y un tercer muro de color blanco también trapezoidal, el cual limita con el área de servicio y garaje. La característica particular de este volumen consiste en su cubierta inclinada de panel de aluminio en forma de triángulo escaleno, la cual rompe con la horizontalidad predominante de las losas, otorgándole un movimiento dinámico a todo el conjunto cuya composición no estaría equilibrada sin la presencia de la cubierta de la terraza, la cual es de idéntica forma y tamaño a la del comedor pero dispuesta a manera de espejo de la primera, de esta manera ambos ángulos agudos se enfrentan como punto bajo en la del comedor, y punto alto en la de la terraza, incrementando así la tensión provocada en el punto de fuga de los muros del corredor de ingreso. Esta cubierta cubre además de la terraza el corredor interior que conduce a las habitaciones. En la punta que se traslapa por arriba de la losa de la sala, se producen unos vanos o tragaluces debido al desnivel de las cubiertas, los que podrán ser controlados para mejorar la ventilación natural de la casa.

La terraza consiste en un entablado de madera al cual se podrá acceder desde el corredor que conduce a las habitaciones o desde la sala. Como resultado de la composición de volúmenes y de planos cuyos ángulos se abren de manera radial hacia la fachada principal, ésta será portadora de una gran carga comunicativa que parece encontrarse en constante movimiento, ya que brindará al espectador diferentes perspectivas a medida que varíe su punto de vista, las que también variaran radicalmente con los cambios de luz.

En el proyecto se ha valorado la pureza de los materiales naturales, tales como la madera y la piedra los cuales han sido usados sin artificios y combinados con otros de lectura más contemporánea como el aluminio, vidrio, hormigón visto, hormigones y mamposterías blancas, en una fusión equilibrada de texturas que seducen los sentidos, y evocan sin antagonismo lo rustico y lo moderno.